El festival de reggae más importante de Europa, el Rototom Sunsplah, se celebrará del 21 al 28 de Agosto en la localidad española de Benicássim.
Hasta el momento se ha confirmado la presencia de los siguientes artistas:
- GINJAH: Este jamaicano, que debe su nombre a su predilección por la tradicional cerveza de jengibre (Ginger Beer), fue descubierto por Beres Hammond y ha cosechado éxitos como ‘Rise above’, ‘Music alone’ o ‘Never lost my way’
- BOB ANDY: Nacido en Jamaica en 1944, ex miembro de los Paragons, se trata de uno de los cantantes más influyentes de la historia del reggae. Tras sus inicios en el rocksteady se convirtió en uno de los mayores solistas del Studio One con éxitos como ‘Feeling soul’, ‘My time’ o ‘I’ve got to go back home’
- SUD SOUND SYSTEM: Colectivo procedente de Salento (Italia), fundado a finales de los años 80, pioneros del raggamuffin en su país con la peculiaridad del uso del dialecto salentino y la influencia de bailes regionales como la tarantella. ‘La radici ca tieni’ es uno de sus temas.
- ASWAD: Los leones de Ladbroke Grove son una formación clave en la escena roots inglesa. Formados en Londres a mediados de los años 70, poco a poco incluyeron en su música el dancehall o el soul, introduciéndose en las listas de éxitos británicas con temas como ‘Shine’ o ‘Don´t turn around’
- GLENWASHINGTON: Uno de los especialistas del Lover Style, este jamaicano hace valer su dulce voz para la interpretación de temas de amor en clave reggae. ‘Viper’ es una muestra.
- BIG YOUTH: Jamaicano, nacido en 1955, es uno de los destacados del Deejay Style, influenciado por U Roy, además introdujo el rastafarismo en la música reggae. Una de sus característica más destacada son sus tres piedras preciosas (rojo, oro y verde) en sus incisivos. ‘Train to Rhodesia’ es un ejemplo de su música.
- ANTHONY B: Este Singjay jamaicano pertenece a la sección rastafari de los Bobo Ashanti y es uno de los destacados de la escena reggae actual. Su música comparte el misticismo del New Roots con la agitación del Dancehall con éxitos ‘Police’, ‘World a reggae music’ o ‘Raid the barn’
- FANTAN MOJAH: Otro ejemplo de lo mejor del New Roots actual, este jamaicano continúa la tradición rastafari en la música reggae. Destacan sus éxitos ‘Hungry’, ‘Hail the king’ o su último ‘Stronger’.
- ALPHA BLONDY: Este costarfileño es el máximo representante del reggae africano. Su popularidad se ha extendido a todos los ámbitos de la música, gracias a clásicos como ‘Cocody Rock’ o ‘Sweet Fanta Diallo’, pero lo que más destaca en su música es la armonía entre el Roots Reggae y los sonidos con reminiscencias africanas como en ‘Jerusalem’
- ALBOROSIE: Es uno de los artistas más respetado de la escena reggae actual, este italiano lo ha logrado tras años de trabajo en Jamaica en los que ha grabado clásicos del New Roots como ‘Kingston Town’, ‘Kingdom of Zion’ o ‘Herbalist’.
El grupo neoyorquino, máximo exponente del gypsy-punk, visitó nuestro país. Para los que no pudimos viajar para verlo dejo aquí unas cuantas crónicas de sus actuaciones y una biografía.
Gogol Bordello, y que siga la fiesta
El grupo neoyorquino encendió a sus seguidores con su 'gypsy-punk' atolondrado en Razzmatazz
JORDI BIANCIOTTO- BARCELONA
Qué tiempos, cuando The Pogues y Mano Negra incendiaban salas barcelonesas como la misma Razzmatazz. Ante su ausencia, tenemos a Gogol Bordello, la banda que Madonna sacó al escenario en el Live Earth. No es lo mismo, pero estos neoyorquinos con raíz multinacional saben entretener al público natural del folk-punk más loco y poner del revés una sala como la de Poble Nou, que casi llenaron el lunes un año después de desbordar Apolo. Su campo de batalla es el directo, y la expresión no está elegida al azar. El ucraniano Eugene Hütz ejerce de cosaco infatigable (el grupo rinde homenaje a Nikolai Gogol, autor de Taras Bulba) y frontman en pie de guerra, y dirige el autoproclamado gypsy-punk hacia el choque frontal con la audiencia en un clima de paroxismo regado con alcohol. Salió con una camiseta de Camarón (que duró poco) y empuñó un repertorio con títulos tan aromáticos como Tribal connection y Think locally fuck globally en un formato de charanga sin fronteras con toque teatral (dos cheerleaders que tocan platos y bombos). Colisión de ritmos balcánicos y rock de garrafón, como unos Emir Kusturica & No Smoking Orchestra con más ensayos: lo suyo, pese a ese aspecto desaliñado, está bastante engrasado.
CAROTONE, EL INVITADO Razzmatazz se entregó al ritual y bailó sin freno canciones que fundían marchas populares y trazos de reggae y ska, que se interrumpían en seco para acelerar su ritmo e incluían rutinas rockeras y espasmos de acordeón y violín. Repertorio prácticamente encadenado, sin esperas, con momentos inflamables como Mishto, American wedding y Baro foro. Y, en los bises, la sorpresa de sacar a Tonino Carotone, que lleva una temporada desaparecido en combate, para que cantara una pieza nueva. De ahí, al homenaje explícito a Mano Negra con su clásico La mala vida. Pues sí, la mejor canción de la noche.
Los neoyorquinos agotaron entradas con su punk balcánico discotequero
Los Mano Negra de la generación que no pudo ver a Mano Negra. En un espejo así parecían mirarse los Gogol Bordello que, el pasado jueves, organizaron una de las noches más tumultuosas que recuerda la compostelana Sala Capitol. Con un lleno de público sólo equiparable al que asistió a la doble sesión de Los Planetas o a la presentación del In-komunikazioa del Fermín Muguruza, la última sensación emergente del Lower East Side neoyorquino arrasaron, literalmente, en su segunda visita a suelo gallego.
Comandados por el vitamínico Eugene Hütz, un cruce entre Peret y Joe Strummer que apunta maneras de celebridad, la entente Bordello la componen ocho miembros. Esencialmente rítmicos -violinista y acordeón, dos tipos aparentemente rescatados de entre los músicos callejeros de una ciudad de la Europa oriental, cargan todo el peso melódico-, la banda de expatriados funciona como una apisonadora. Y aunque, por momentos, pequen de cierto piñón fijo musical, a la audiencia de Santiago no le importó: en las primeras filas del concierto el pogo salvaje no cesó durante más de hora y media.
Los Gogol Bordello de finales de 2008 bordean los balcanic beats. A pesar de que proceden del punk, su deriva conduce a una especie de combat disco, aireado con fanfarria, análoga al combat rock de The Clash. Y ya forman parte, junto a propuestas dispares y descaradas como la cingalesa M.I.A. o los puertorriqueños Calle 13, de una música bailable pero atenta al mundo, crítica, para la época que viene después del neoliberalismo.
El sábado montaron un fiestón en la Rock Star Live de Barakaldo los neoyorquinos de residencia pero de proveniencia global Gogol Bordello, a saber: dos sexys bailarinas asiáticas, un cuarteto de rock liderado por el gitano bigotudo ucraniano Eugene Hütz (actor ocasional protegido por Madonna), más un violinista pirata y un acordeonista barriero. Ocho tipos estos de diversas procedencias (etíopes, hebreos, rusos, ecuatorianos...) y con vocación izquierdista (pese a que su líder descalifica con razón y conocimiento de causa la experiencia soviética) que llenaron a medias (el aforo quedó menguado debido a la crisis, las cenas prenavideñas, los compromisos sociales, la abundancia de bolos con los rumberos Muchachito Bombo Infierno la víspera en Bilbao, etc.) un recinto donde primaron los muchachos.
El concierto previo al bis fue una 'rave' eléctrica y gitana con el octeto sin bajar el pistón, influido sobre todo por Mano Negra, pariente no tan lejano de la orquesta de Kusturica y a veces rozado por el dub de los Clash. Embargados por unas ganas de parranda portuaria que se revelaban y rebelaban en coros melancólicos, los ocho corsarios del rock mestizo universal abordaron la discoteca del parque comercial esgrimiendo un cóctel molotov que fusionaba desde el rock zíngaro al hardcore y el ska, desde el folclore rumano, la taranta orate y las danzas cosacas al spaghetti western.
Y el bis, solicitado por gritos de 'beste bat' y tarareos del 'porompompero', ruló más variado, tuvo su momento culmen con el 'Mala vida' de Mano Negra (cuando la invasión escénica) y caricaturizó a un Nino Rota beodo, pues el bueno de Eugene parecía arrastrar una melopea que no le censuraremos, vive Dios. ¡Salud!
Folklore gitano, punk, rock, un ejército de borrachos, desfase total… Son tan grandes y tan freaks que no caben en un escenario. ¿O sí? La osadía y el freakismo muchas veces son sinónimos, sino que se lo cuenten a este combo de gitanos del este, estadounidenses de adopción. Lo de estos freaks de es “agárrate que viene curva”. No sólo su aspecto de travellers castigados por la vida me cautiva, también encuentro de lo más estimulante su mezcla musical de punk, rock y música folklórica gitana. Un cóctel deliciosamente tóxico que nos ha embriagado cosa mala en el magnífico, divertidísimo y disparatado disco Super Taranta!, una marcianada sin parangón que, curiosamente, resultó ser uno de los álbumes más excitantes, sorprendentes y borrachines del 2007. Pero lo mejor de Gogol Bordello, más allá de sus peculiares influencias y su ropero, son sin duda sus enajenados conciertos. Un ejército de gitanos saltando, revolcándose, engullendo botellas de vino como quien se merienda un donut, haciendo cabriolas y poniendo sobre la mesa un nuevo estilo musical que todavía nadie se ha atrevido a emular. Gogol Bordello son una fiesta. Una fiesta gitana. De las de verdad, pero con punk rock de fondo, aunque eso sí: la fogata, el cartón de Don Simón y la rulot destartalada que no falten. De tocar música zíngara en bodas rusas (es cierto, así comenzaron su carrera) a inundar todo un Razzmatazz con una fórmula musical que pone a los Sex Pistols y al gitano de la cabra ante miles de adolescentes. Puro genio.
Gogol Bordello es una banda multiétnica de Gypsy punk formada en 1999 y procedente del Lower East Side de Nueva York, cuyos rasgos principales son un sonido inspirado e la música gitana y unos circenses y frenéticos directos. De hecho la revista Rolling Stone los considera uno de los 20 mejores grupos en directo. Los componentes de Gogol Bordello son en su mayoría inmigrantes procedentes de la Europa del Este que realizan música de cabaret, punk y dub utilizando los característicos sonidos de acordeón y violín y, en algunos de sus discos, saxofón.
En una entrevista para la National Public Radio, el líder Eugene Hütz citó a Jimi Hendrix y Parliament-Funkadelic como influencias musicales del grupo, y a Nikolái Gogol, homenajeado en el nombre de la banda, como una influencia ideológica. Entre sus influencias están también Manu Chao y su Mano Negra, Fugazi, Kalpakov, Rootsman y The Clash. Han sido descritos como si The Clash y The Pogues tuvieran una batalla campal en Europa del Este, de ese polvorín emergería con toda su rabia Gogol Bordello.
Lanzaron su álbum Voi-La Intruder en 1999, y desde entonces han publicado cuatro álbumes, un EP y un álbum en colaboración con Balkan Beat Box. Ese primer disco contenía "Start Wearing Purple" que les dio a conocer el Reino Unido.
Gogol Bordello - Start Wearing Purple
En 2002 editaron Multi Kontra Culti vs. Irony que incluía el que fue su primer single When The Trickster Starts A-Pokin' (Bordello Kind of Guy)"
Gogol Bordello - When the Trickster Starts A-Pokin'
Después de un disco en colaboración con Balkan Beat Box, bajo el nombre de Jewish-Ukrainishe Freundenschaft (J.U.F) proyecto en el que se mezcla dub y electrónica, editan East Infection, un EP en el que incluyen la versión del tema de Mano Negra "Mala Vida"
Gogol Bordello - Mala Vida
La grabación de "Start Wearing Purple" desu primer disco fue regrabada para su disco Gypsy Punks (2005), convirtiéndose en su primer single internacional. “Not a Crime” fue seleccionado como segundo single.
Gogol Bordello - Not a Crime
Hasta ahora el último disco que han editado y que están presentando se denomina Super Taranta! e incluye los singles "Wonderlust King" y "American Wedding"
Gogol Bordello - Wonderlust King
Gogol Bordello - American Wedding
Como curiosidad destacar que el Live Earth de Londres actuaron junto a Madonna, con la que interpretaron "La Isla Bonita".
Después de cinco años regresa a la actualidad Tonino Carotone, el autor de uno de las más famosas canciones de los últimos años (en Italia), 'Me cago en el amor' recordada por todos por el verso "è un mondo difficile…", con un disco en el que han participado Manu Chao, Eugene Hutz de Gogol Bordello e Erriquez e Finaz de Bandabardò titulado «Ciao Mortali».
"E' un mondo difficile e vita intensa felicita' a momenti e futuro incerto il fuoco e l'acqua con certa calma serata di vento e nostra piccola vita e nostro grande cuore."
Cómo definir a TONINO CAROTONE?: Hedonista, parrandero, juerguista, poeta bar y/o pinto..., pero sincero, sencillo y directo: dice lo que piensa y, a menudo, no piensa lo que dice. Amante de sus canciones, sus amigos y sus juergas, no le hace ascos a casi nada... Así es ese personaje, como el bien dice "creemos que somos personas, pero somos personajes.", un crápula italo-romántico fan de Chin-Chan y la canzone napolitana.
Antonio de la Cuesta nació en Burgos, pero ha vivido casi toda su vida en Pamplona (un 80% confiesa). Al principio de los ochenta Toñín fue miembro de una banda pamplonica llamada "Cagando duro", un grupillo que se juntaban para versionear a Los Ramones. Más tarde entra en "Tijuana in Blue", una banda de Punk-rock con algo de hardcore liderados por Eskroto, una banda con álbumes combativos: "A bocajarro" (Oihuka, 88), "!Sopla, Sopla!" (Oihuka), y "Te apellidas fiambre" (Oihuka).
Tijuana in Blue - Donde estás Sherpa?
Después de Tijuana in blue, forma parte de Kojón Prieto y Los Huajolotes, un conjunto de antiguos punkis que militaban en Tijuana y que, tras el viaje iniciático del gavilán (Eskroto en la fase punk) a México, decidió dedicarse en cuerpo y alma a los corridos y a las rancheras. La multitudinaria banda se disolvió con un épico bolo en la Plaza de Toros de Pamplona después de hacer cantar "Insumisión" a media España. Según cuenta Toñin durante un buen tiempo su "trabajo" consistió en que los invitaran a tocar en fiestas, sólo por la comida y la bebida. -hasta que se dieron cuenta de que con lo que comíamos y bebíamos les resultaba más barato pagarnos un cachet. Y así nos hicimos profesionales.- Una banda que, para ser fiel a los estereotipos del personaje, -se separó cuando empezábamos a ganar dinero.-
Kojon Prieto y los Huajolotes - Pequeño saltamontes
Fue en esa época que se dedicó a componer canciones, hoy míticas, como "Carcelero" y uno de los más sonados alegatos antimilitaristas: "Insumisión", -Durante tres años fue prácticamente el himno de las fiestas de San Fermín- dice orgulloso, aunque (y acaso por eso mismo) su éxito absoluto en Euskadi se transformó en un boomerang: lo encarcelaron por insumiso. Estuvo un año preso deambulando por veinte cárceles de toda España.
Tonino Carotone + Arpioni - Insumisión (Directo Sala Apolo BCN)
Meses de encierro que aprovecha para tocar la guitarra y componer más canciones...
Al salir de la cárcel, viaja a Italia donde se empapa del acento y las costumbres. A su regreso se instala en la Barcelona bastarda con muchas ideas para grabar un disco: "mondo dificcile". La especial poesía de Tonino y el pentagrama de Nacho Mastretta, uno de los mejores músicos del panorama actual español, se alían; Manu Chao produce "Me cago en el amor", el primer single de "Mondo Difficile", en su estudio clandestino de Barcelona, tema que llega a ser sintonía de un anuncio de ropa deportiva en Italia, segundos que lo catapultan a la fama.
Tonino Carotone - Me cago en el amor
Viaja a Italia a conocer al cantante napolitano Renato Carosone, quien fuera el símbolo mundial de la "Canzone Napolitana". Carosone, no sólo estuvo de acuerdo con la versión de Tonino, de "Tuo Vuo Fa L´Americano" , sino también colaboró en la grabación... Los miembros de la banda, todos viejos conocidos con los que comparte esa "sensazione" de vivir con la música como motor de su universo: Piluka Aranguren (Kojón Prieto, Amparanoia), Pablo Novoa (Golpes Bajos, La Marabunta), Ricky Ricardo Moreno (Ronaldos, La Marabunta), Tata Quintana, Pablo Navarro, y el hombre que sueña con notas: Nacho Mastretta. Su álbum "Mondo Difficile" se ha colado en el mercado italiano gracias a sus cachondos remakes. Su estilo, más propicio para cantinas y bodegones de mala muerte, debió enfrentarse en Italia, al veredicto de estadios para 70 mil personas, tal y como hizo en el verano del 2001 con una orquesta de 50 músicos en la Plaza del Duomo de Milán. "Me cago en el amor" abre a Tonino las puertas de Italia y el resto del mundo, alcanzado el número 19 de las canciones españolas más vendidas en el extranjero, con un poco más de 100 mil copias. El álbum está editado en casi toda Europa, en México, en Argentina y Uruguay.
Tonino Carotone - Pecatore
En 2003 edita "Senza ritorno"su segundo álbum en solitario, que suena a Carotone por los cuatro costados, con un estilo que hace un par de años se hubiera etiquetado como vintage (o sea, retromoderno). Producido por Arturo Soriano, que prolonga el aroma decadente que impregnó Mastretta a "Mondo difficile", y grabado por un puñado de músicos profesionales. Canciones con trozos en inglés, de manera que la letra puede pasar de tener doble significado a tenerlo triple.
Tonino Carotone - La Noria (Directo)
En los últimos años ha tenido una fructifera relación con los italianos Arpioni, que regeneran la canción italiana pasándola por el filtro del ska, con los que no sólo ha colaborado en varios temas de sus discos sino que se ha embarcado en una gira conjunta con ellos.
Arpioni - Malacabeza
Tonino es, en definitiva, ese ser entrañable que te puedes encontrar en cualquier bar a cualquier hora (de la madrugada, principalmente) con su bigote, su sombrero y su leitmotiv: "Tonino Carotone, Tonino Carotone, m'invitas a una birra ti canto una canzone".
Esta noticia llega con retraso pero incomprensiblemente la prensa nacional, no se hizo eco de que el pasado 4 de Noviembre falleció el gran Byron Lee, pilar de la música jamaiquina.
En el año 2006 el músico fue diagnosticado con cáncer, y tras una larga lucha falleció en el University Hospital of The West Indies (Miami, Florida).
Bandleader Byron Lee fundó The Dragonaires a mediados de la década del 50. Byron Lee and The Dragonaires cumplieron un rol fundamental en el desarrollo de la música jamaiquina. La banda fue creada por Byron Lee y por su amigo Carl Brady, y se llamo The Dragoniers porque era el nombre de su equipo de fútbol en colegio St. George.
Sus primeros shows fueron en el colegio para festejar la victoria de su equipo. Luego de varios años de tocar en fiestas, cumpleaños y casamientos, Lee decidió pasar al profesionalismo. Para 1956, The Dragonaires era una banda fija en el circuito de hoteles en Jamaica, y hasta fueron backing band de artistas como Harry Belafonte, Chuck Berry, The Drifters y Fats Domino.
En 1959 la banda graba su debut single, “Dumplin´s”, en los estudios WIRL. Estos estudios eran propiedad de Edward Seaga, quien años más tarde se convertiría en primer ministro de Jamaica y manager de la banda. El single se editó bajo el sello de la banda “Dragon´s Breath Label” en Jamaica, y a su vez fue editado bajo el sello “Blue Beat” en el Reino Unido. Lo particular de este single es que fue grabado con un órgano eléctrico y un bajo Fender, que había comprado Lee durante un visita a los Estados Unidos y los cuales eran instrumentos muy inusuales en el isla de aquel momento.
The Dragonaires era un banda principalmente de mento, soca y R&B; pero Lee y Seaga se dieron cuenta que el ska era lo que proveía a Jamaica de una identidad musical y que era el único género que podía romper con la dominación del R&B norteamericano lo que los convirtió a The Dragonaires en una de las bandas de ska más importantes de Jamaica en lo primeros años 60, editando singles como “Fireflies”, “Mash! Mr Lee”, “Joy Ride” y la versión ska de “Over the Rainbow” ambas bajo su nombre y como The Ska Kings. En 1961 fueron seleccionados para tocar en la primer película de James Bond “Dr No” siendo la banda que ameniza las veladas del hotel.
En 1964 fueron seleccionados para viajar a Nueva York y ejercer como backing band de jovene s promesas jamaiquinas como Jimmy Cliff, Prince Buster, y Milly Small. Pero este viaje no fue del todo un éxito con lo que al ver que su fama dentro del ska comenzaba a disminuir, la banda decidió a tomar una nueva dirección, tomando contacto por vez primera en Trinidad y Tobago e incorporando el calypso a su repertorio.
Las excelentes relaciones de Byron Lee con Atlantic Records, no en vano era el distribuidor en Jamaica del sello, le permite editar en Estados Unidos las grabaciones de The Dragonaires, incluyendo dos discos que capitalizaban el interés mundial en sus actuaciones, Jump Up y Jamaican Ska.
A fines de los 60 y principios de los 70, Lee compra los estudios Dynamic (previamente llamados WIRL) a Seaga, y con The Dragoniers edita un serie de álbums destinados en su mayoría a turistas, incluyendo gran cantidad de covers.
En 1974, la banda toca por primera vez en el carnaval de Trinidad y Tobago y en el mismo año editan el álbum “Carnival in Trinidad”. En esos momentos alternan lanzamientos de discos reggae y música de carnaval.
The Dragonaires fueron invitados varias veces a tocar en el festival “Reggae Sunsplash”, la primera vez fue en el año 1978, luego en 1979, 1982 y 1984. Su última aparición en ese festival data de 1990.
Desde 1979, the Dragonairesse concentraron en el calypso y la soca, actuando regularmente en el Carnaval de Trinidad y Tobago y girando por el Caribe y Norteamérica.
Byron Lee and The Dragonaires es una banda legendaria que supo adaptarse musical y comercialmente, además de ser de las más populares, durante casi 5 décadas.
Eric "Monty" Morris backed by Byron Lee & The Dragonaires - Sammy Dead
Todavía hoy lunes deben andar los miembros de Asian Dub Foundation en Granada recuperándose de la fiesta de cumpleaños de uno de sus miembros. Ya antes de venir habían pedido al promotor que les reservara un local en el que celebrarla la noche del domingo al lunes. Aunque ya la del sábado liaron una buena verbena en una sala El Tren en la que completaron el aforo y no dieron tregua al personal al que pusieron a bailar de principio a fin de su show.
Apenas diez segundos tardó Asian Dub Foundation en desatar la locura en Granada. Steve Chandra Savale, Chandrasonic, líder del grupo, armado sólo con una guitarra y pidiendo disculpas por su español, movilizó con un par de gestos a una sala que incluso antes de comenzar el concierto ya estaba más que entregada a la causa. Y la causa de ADF es hacer bailar sus raíces, tambalear las de Occidente, cantar contra el racismo, la inmigración y todo lo que se ponga a tiro de sus letras.
Por un día la sala se convirtió en uno de esos bulliciosos barrios londinenses donde los turbantes de los inmigrantes indios, bengalíes y pakistaníes predominan sobre los pecosos pelirrojos británicos. Como el de Farringdon, donde hace quince años iniciaron su andadura cuando Aniruddha Das y el dj John Pandir se encontraron con un aún imberbe rapero llamado Deedar Zaman durante unos talleres sobre nuevas tecnologías aplicadas a la música, destinados a los jóvenes de origen asiático y que se impartían en la Community Music House del barrio. En ellos los dos primeros impartían sus enseñanzas y el tercero acudía como alumno cuando decidieron dar forma la proyecto que bautizarían como Asian Dub Foundation, no sin antes cambiar sus nombres por los alias de Dr. Das, Pandit G y Master D, respectivamente. Desde entonces, y tras completar la formación con el guitarrista Chandrasonic, su explosiva mezcla de ritmos bengalíes, electrónica de batalla y militancia urbana, con detalles de rap o de reggae, no ha dejado de cautivar a colectivos de luchadores contra el racismo, miembros de los grupos anti-fascistas y anti-globalización así como hedonistas de la pista de baile en general.
El segundo tema que tocaron se lo dedicaron a la lucha que mantienen los griegos en la calle con 'Take back the power', del disco Tank (2005). Y no fue el único salto al pasado que dieron, 'Chandrasonic' y el resto de la banda: Sun-J, Pandit-G, Ghetto Priest, Prithpal Rajput Cyber, Al Rumjen y Martin Savale. Temas de su imprescindible Community Music (2000) e improvisaciones de los músicos en los descansos del cantante, pusieron de manifiesto que ADF sigue siendo un concepto de música invariable y genuino, fiel a la alquimia de culturas y sonidos, a pesar de los continuos cambios e incorporaciones que la banda ha sufrido en sus filas. En su propuesta, tan relevante como el aspecto lúdico es el elemento político y reivindicativo, que incorporan a sus hipnóticas composiciones. Una sucesión de ritmos tribales que funcionan como un mantra acelerado en cuya espiral el público acaba poseído y atrapado. La energía fluye desde el escenario hacia la sala y de ésta vuelve a los músicos.
El concierto, enclavado dentro de la gira Punkara que los está llevando por todo Europa con su último disco, ADF sigue recordando a las improvisadas muestras de talento que despiertan los bares más oscuros de barrios londinenses como Brixton. Así, ADF vuelve con maestría a hurgar en las bases del reggae, el rap, la electrónica para revolverlo luego con las melodías más tradicionales de la India con las que crecieron escuchándolas de los discos de sus padres. Sitares dando guerra a pesadas guitarras metaleras, las percusiones de todas las culturas imaginables, coros de voces femeninas con bailes raperos y chándal amplio en un concierto que no llegó a la hora y media marcado por momentos espectaculares como ‘Burning Fence’, su ultimo single, el supercoreado ‘Flyover’ o la demostración final de poderío que representó ‘Fortress Europe’.
Hasta ahora he aportado recortes de música que es lo que casi exclusivamente será reflejado aquí, pero hacemos una excepción con el gran Ed Wood:
TRIGÉSIMO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL CINEASTA
Combatió en la Segunda Guerra Mundial vistiendo leotardos bajo el uniforme
Lideró una tropa de 'freaks' cuya estrella era un Bela Lugosi decadente
Se bautizó por el rito bautista para financiar 'Plan 9 del espacio exterior'
Acabó sus años escribiendo literatura barata y dirigiendo porno
FRAN CASILLAS
Ed Wood estuvo tan cerca de ganar un Oscar como Hitler de alzarse con el Nobel de la Paz. Aclamado popularmente como el peor director de la historia del cine, sus películas deben contemplarse reiteradas veces —y con estoico detenimiento— para asimilar al detalle su ineptitud en todas y cada una de las categorías que definen el séptimo arte.
Entusiasta del despropósito, Wood pergeñó engendros como 'Glen o Glenda' o 'Plan 9 del espacio exterior', aberraciones convertidas en filmes de culto y títulos por los que este miércoles, cuando se cumplen 30 años de su muerte, se añora al entrañable y bizarro cineasta.
Redescubierto para el gran público por el magnífico 'biopic' que Tim Burton le dedicó en 1994, Wood ostentaba una personalidad sin parangón. A los 17 años se enroló en la Marina, escasos meses después del ataque japonés a Pearl Harbor. Los informes de la época desvelan que Wood fue un soldado feroz, un auténtico héroe. En las batallas del Pacífico, Wood se hizo acreedor de numerosas condecoraciones, antes de que una herida de bala en la pierna terminara por dispensarle del servicio.
Afortunadamente para él, su mayor temor jamás llegó a cumplirse. Y es que de haber muerto, los médicos que examinasen su cadáver podrían haber hallado su pequeño secreto: bajo el uniforme castrense, Wood vestía leotardos y un sujetador rojo.
Cartel de la película 'Glen o Glenda'.
Aunque era inequívocamente heterosexual e incluso mujeriego, a Wood le chiflaba la ropa femenina. Desde que su madre, que siempre había querido tener una hija, lo vestía en su infancia con prendas de chica, el cineasta desarrolló esta perversa extravagancia que le causó no pocos contratiempos. Su primera esposa, Norma McCarty, se sintió repugnada cuando en la noche de bodas descubrió la inocente afición de su marido. El matrimonio nunca llegó a consumarse y fue anulado apenas seis meses después.
Este incidente no reprimió a Wood, cuya obsesión por la angora está minuciosamente documentada. Al fin y al cabo, el travestismo sería un tema recurrente a lo largo de toda su obra. Una obra digna de análisis.
Paladín del desastre cinematográfico
Auténtico mesías de la calamidad, Wood escribía guiones esperpénticos, repletos de diálogos pueriles e inverosímiles aunque pretendidamente retóricos. Sus estrafalarios decorados, entre lo gótico y lo 'kitsch', parecían concebidos por un paranoico con superávit de dioptrías. Los efectos especiales nada tenían de especiales, y difícilmente se les puede calificar de efectos. Y las virtudes interpretativas de sus actores... en fin, eso merece capítulo aparte.
En la tropa de Wood figuraban pelagatos como Tor Johnson, un luchador profesional sueco de 180 kilos; Vampira, una presentadora de televisión que acostumbraba a viajar en autobús con su disfraz de chupasangre; o Criswell, un adivino que acertaba menos que Julio Salinas frente al portero. Sin embargo, la estrella en aquella jácara de 'freaks' era una vieja gloria como Bela Lugosi, cuyo éxito interpretando a Drácula se había desvanecido tiempo atrás.
La importancia de llamarse Bela Lugosi
Lugosi era una caricatura de sí mismo cuando conoció a Wood, con el que terminaría trabando amistad. El joven cineasta admiraba profundamente al actor húngaro, y le persuadió para actuar en varias de sus películas, aunque en aquella época las venas de Lugosi eran una orgía de heroína y alcohol. La leyenda negra afirma que en los rodajes disimulaba su adicción con furtivos sorbitos de borgoña.
Ni siquiera la colaboración de un Lugosi venido a menos otorgó relevancia comercial a los filmes de Wood. 'Glen o Glenda', una especie de relato apologético del travestismo, fue un sonoro fracaso en taquilla, y el primer indicio de las nefandas aptitudes de Wood como director.
Póster promocional de 'La novia del monstruo'.
Siempre esclavizado por la falta de presupuesto, Wood era capaz de rodar cada día una treintena de escenas, pasando por alto las flagrantes torpezas que se cometían ante la cámara con tal de no frenar su vertiginoso ritmo de trabajo.
El resultado, ver para creer, eran secuencias que se repetían hasta la saciedad, innumerables planos de recurso incrustados con arbitrariedad alevosa, coches cuyo modelo cambiaba durante una persecución...
Financiación de la Iglesia Bautista
Era sorprendente que Wood no creara películas tan patéticas a propósito. Pero lo realmente increíble es que pudiese llevar a cabo sus proyectos. Aunque también en eso hay historia. Durante una fase aguda de sus crónicos problemas de liquidez, Wood se enteró de que la Iglesia Bautista a la que pertenecía su casero estaba interesada en producir una docena de películas sobre los apóstoles. El inefable Eddie les convenció de que financiasen 'Plan 9 del espacio exterior', un título de ciencia-ficción llamado a generar suficientes beneficios como para luego sufragar la saga apostólica.
Todos los miembros del equipo de Wood se convirtieron y fueron bautizados por el rito bautista, pero ni aun así fueron escuchadas sus plegarias. El filme fue un rotundo fracaso. 'Plan 9' es quizá la película más emblemática de Wood, donde todos los rasgos de su minuciosa herejía cinematográfica quedan grotescamente revelados.
¿Y qué si se ven los cables que sujetan los toscos platillos volantes? ¿Cuál es el problema porque un actor se cargue el atrezo? ¿Importa si el sol y la luna aparecen caprichosa y alternativamente en una misma escena? Nada detenía a un Ed Wood que se guardaba una réplica maestra para los escépticos que osaban comentar sus fallos. ¿Acaso no han oído hablar de la "suspensión de la incredulidad"?
'Plan 9' es también un icono por ser la última película de Bela Lugosi. En realidad, el actor había muerto antes de que comenzase el rodaje, pero Wood conservaba algunas imágenes suyas que había grabado para un proyecto anterior que nunca prosperó. Aunque con calzador, aquellas secuencias entraron en 'Plan 9', y fueron completadas con otras escenas en las que Lugosi era doblado —con una capa ocultando su rostro— por el quiropráctico de Kathy O'Hara, la segunda esposa de Wood. Enorme.
'Plan 9 del espacio exterior', una obra maestra... a su manera.
Fue un sucedáneo de homenaje a un Lugosi que murió solo, en el más desolador de los olvidos y tan arruinado que Frank Sinatra pagó discretamente su funeral.
Y aún no había tocado fondo
Después de esta —ejem— cumbre artística, Wood entró en una espiral de alcoholismo. Dirigió varias películas porno bajo seudónimo y más tarde probaría fortuna en la literatura 'pulp', entregándose al género erótico-criminal con títulos tan sugerentes como 'La drag asesina' o 'Muerte de un travesti'. Pero tampoco con las letras lograría reflotar su cuenta corriente, y pocos días antes de su muerte, Wood y Kathy fueron desahuciados.
Borracho incorregible, Ed Wood falleció sin un centavo en casa de un amigo, viendo un partido de fútbol americano. 'Variety', una suerte de boletín oficial de Hollywood, no se molestó en publicar su obituario. Y eso que, como suele decirse, un hombre que había dedicado tanto esfuerzo y pasión a una actividad improductiva era merecedor de que se le tomara en serio. Kathy, por ejemplo, jamás volvió a casarse con otro hombre.
Como a Van Gogh o Kennedy Toole, el reconocimiento le llegó a Ed Wood cuando ya era demasiado tarde. En su caso, quizá por suerte para él, pues su fama es debida a su estatus oficioso como peor director de todos los tiempos. Su incoherente narrativa fílmica y su dirección sacrílega lograron que Ed Wood fuese espectacularmente ignorado en vida, pero le garantizaron un lugar privilegiado en el panteón de los héroes de la serie B.
Sin sospecharlo, Wood ha dejado un importante legado, que incluye una religión llamada 'Woodismo' (sí, en serio) y una legión de fans que incluso propiciarán el 'remake' de 'Plan 9' en 2009, cuando se cumplen 50 años del estreno de la película.
Quién sabe, quizá después de todo Wood fuese un incomprendido. Como afirmaba el personaje de Bela Lugosi en 'La novia del monstruo': "A uno siempre se le considera loco cuando perfecciona lo que otros ni siquiera pueden comprender".