Axl Rose defiende su trabajo ante 'fans' de antiguas y nuevas generaciones
La discográfica Universal citó a fans y prensa en el Hard Rock Café de la capital y reventó los oídos de los presentes con los 14 temas de Chinese Democracy. El disco no dejó indiferente a nadie. Allí estaba David, vallecano de 30 años, junto a su amigo Fernando, de 40. Pelos largos y camiseta de grupo: "El disco está demasiado producido, suena muy moderno y se echa de menos que suene a G N' R. Le falta potencia".
Diecisiete años después, si algo se dice de Rose, es que terminó convertido en un ser excéntrico, que cree en las energías sobrenaturales, que tiene un chamán de confianza al que hay que darle una foto en blanco y negro de cualquier persona que trabaje en el grupo. Si las vibraciones que reciba el gurú son negativas, será despedido. "Axl perdió el norte", asegura David.
Pero si otra cosa ocurrió ayer entre tanto decibelio fue la constatación de un salto generacional: en 17 años todo cambia mucho. Elena, de 22 años, y Lorena, de 21, son dos universitarias de Madrid. Estudian Estadística y Derecho, respectivamente. Ganaron unas entradas para asistir a la presentación del disco en una página de MySpace. "Me ha gustado mucho. Son míticos y un clásico", asegura Elena. "Yo los conocí cuando era pequeña por mi padre". "Eso sí, no me gusta nada ese pelo de trencitas de colores que lleva ahora Rose", agrega. Echan de menos la presencia de Slash, el mítico guitarrista de la formación original, pero salvan el resultado, aunque critiquen todas las operaciones de cirugía estética del cantante... Prefieren a los G N' R de sus padres: "Los viejos rockeros nunca mueren, ¿no?".
Fuente: El País (http://www.elpais.com/articulo/madrid/Guns/N/Roses/nuevo/disco/anos/despues/elpepuculmus/20081122elpmad_11/Tes)
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